viernes, 12 de junio de 2009

MILENIO 11/06/09


HABITACIÓN

En muchas ocasiones se ha reiterado que el espacio es la materia prima de la arquitectura, sin embargo, pocos teóricos han podido separar lo tangible de lo intangible dentro de la práctica edilicia. En pleno modernismo, en diciembre de 1949, el filosofo post-estructuralista Martin Heidegger dicta en Bremen, una conferencia titulada “La Cosa”. En ella explica la parábola de la jarra, una disertación sobre el carácter relativo de lo que entendemos como realidad. De ella se desprende el siguiente párrafo:
“La pared y el fondo de los que consta la jarra y gracias a los cuales la jarra se mantiene en pie no son propiamente lo que acoge. Pero si esto último descansa en el vacío de la jarra, entonces el alfarero, que con el torno da forma a la pared y al fondo, lo que hace no es propiamente la jarra. Lo único que hace es moldear la arcilla. No moldea el vacío. Para él, hacia él y a partir de él moldea la arcilla dándole una forma. El alfarero lo primero que hace, y lo que está haciendo siempre, es aprehender lo inasible del vacío y producirlo en la figura del recipiente como lo que acoge. El vacío de la jarra determina cada uno de los gestos de la actividad de producirla. La ‘cosidad’ del recipiente no descansa en modo alguno en la materia de la que está hecho, sino en el vacío que acoge.
Pero ¿está realmente vacía la jarra?”
Dentro de un orden similar de ideas podríamos decir que una habitación no se forma solo de los materiales con los que está construida, una pila de ladrillos y cemento son ciertamente diferentes de lo que comprendemos como habitación. Es necesario considerar el espacio invisible, vacío y silencioso rodeado de toda esa forma para tener una habitación. Sin la nada no hay habitación.
También Heidegger decía: “Sólo si somos capaces de habitar, solamente así seremos capaces de construir”, pero ¿que significa ser capaz de habitar? Fundamentalmente, la capacidad para habitar el espacio es el nivel de conciencia que un individuo puede adquirir en cuanto a las características de su estancia en el mundo, sobre la tierra y bajo el cielo.
Lorenzo Rocha

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