jueves, 25 de junio de 2009

MILENIO 25/06/09


ZONA VIVA

Collec-Art, el evento bimestral organizado por el coleccionista de juguetes antiguos, el arquitecto Roberto Shimizu (ver: collecart.blogspot.com), atrae la atención sobre un punto importante dentro de la reflexión de los espacios urbanos dedicados al arte. Nos confirma en primer lugar, que los espacios más vivos siempre son los que tienen tendencia hacia lo informal, a diferencia de aquellos que son de carácter institucional. La informalidad es efímera y frágil, además los elementos que la definen cambian en cada ocasión. Collec-Art se lleva a cabo desde hace más de un año en una fábrica en desuso, en la colonia Doctores, fuera pero cerca de las áreas de moda para los artistas: el Centro historico y las colonias Roma y Condesa. En el evento se mezclan de modo relajado, sin demasiado rigor, manifestaciones artísticas: exposiciones de arte visual, música, teatro, cine; con módulos comerciales: puestos de comida, revistas y juguetes usados y antigüedades de la era moderna. Las instituciones artísticas en muchos países han seguido la tendencia marcada por los espacios independientes gestionados por artistas y espacios de ocupación. Hay multitud de ejemplos, pero los más conocidos son el P.S.1 en Nueva York y el Palais de Tokyo en París. Dichos espacios son similares formalmente a aquellos en los que están inspirados. Sin embargo, dado su profesionalización y compromiso institucional, derivado de sus financiamientos y programas curatoriales, pierden la vitalidad de la improvisación que les dió origen. Un fenómeno como Collec-Art y el Mujam, es posible que conserve esta informalidad por poco tiempo, ya que tiende a crecer paulatinamente, hasta que quizá se convierta en un espacio permanente e institucionalizado. Iniciativas como ésta surgen periódicamente en una ciudad como la nuestra, donde la combinación entre creatividad y precariedad genera la energía necesaria para su existencia. Hay que aceptar que el destino de los fenómenos urbanos urbanos contingentes es efímero y aprovechar para gozar de estas oportunidades mientras se conserven intactas.
Lorenzo Rocha

jueves, 18 de junio de 2009

MILENIO 18/06/09


ZONA DE DESASTRE

En México en general, pero más intensamente en nuestra ciudad, parece que nos resistimos a aplicar planes y estrategias que excedan el tiempo que duran los sexenios presidenciales. El sismo de septiembre de 1985 suscitó la realización de exhaustivos estudios sobre las razones por las cuales su intensidad y período fueron tan dañinos para los cerca de 400 edificios que colapsaron, provocando la muerte a más de 20,000 personas. El regalmento y normas técnicas de construcción se modificaron y fueron respetados rigurosamente por algún tiempo, pero tal desastre debió haber servido también para un replanteamiento a largo plazo del futuro de la tercera ciudad más poblada del mundo. El doctor Cinna Lomnitz, uno de los mayores expertos sismológicos del mundo, quien trabaja en el Instituto de Geofísica de la UNAM, hace una reflexión muy interesante: “Los desastres son fenómenos inesperados que ocurren en la frontera entre la naturaleza y la sociedad y que pueden evitarse mediante un conocimiento científico más sistemático y a través de una acción política y social concertada”. En México lleva operando por más 20 años el Sistema Nacional de Protección Civil que depende de la Secretaría de Gobernación, éste es el único indicio de una voluntad de atención a los desastres, que va más alla de los períodos sexenales. Sin embargo, la ciudad de México es casi tan vulnerable como hace dos décadas ante calamidades como el mencionado terremoto, las enfermedades respiratorias derivadas de la contaminación atmosférica y la escasez de agua potable. Acciones tan sencillas como la creación de incentivos fiscales para la instalación de industrias y servicios en otros puntos de nuestra geografía, paralelos a un impuesto especial para quienes decidamos permanecer en la Zona Metroplitana del Valle de México, de haber sido aplicadas hace años, ya tendrían efectos positivos frente a la desproporción de esta concentración humana ¿Habrá que seguir esperando a nueva catastrofe para comenzar decidamente a la descentralización de la vida económica y política del país?
Lorenzo Rocha

miércoles, 17 de junio de 2009

ENTREGA FINAL


A continuación se encuentran las fotos de los trabajos finales de Taller experimental básico. Invito al grupo a subir fotos de otros trabajos, a partir de ahora este blog queda en sus manos. Les deseo gran suerte en el resto de sus carreras.
Lorenzo Rocha

Abril

Anahí-Loretta-Livier

Diego

DULCE PAISAJE (Ana Paulina-Erika-Rafael)

Eliane-Violeta

TUNEL DEL INFIERNO (Gianna-Jaime)

Javier

SENSORAMA (Elian-Maria José-Sandra)

Tomás

viernes, 12 de junio de 2009

MILENIO 11/06/09


HABITACIÓN

En muchas ocasiones se ha reiterado que el espacio es la materia prima de la arquitectura, sin embargo, pocos teóricos han podido separar lo tangible de lo intangible dentro de la práctica edilicia. En pleno modernismo, en diciembre de 1949, el filosofo post-estructuralista Martin Heidegger dicta en Bremen, una conferencia titulada “La Cosa”. En ella explica la parábola de la jarra, una disertación sobre el carácter relativo de lo que entendemos como realidad. De ella se desprende el siguiente párrafo:
“La pared y el fondo de los que consta la jarra y gracias a los cuales la jarra se mantiene en pie no son propiamente lo que acoge. Pero si esto último descansa en el vacío de la jarra, entonces el alfarero, que con el torno da forma a la pared y al fondo, lo que hace no es propiamente la jarra. Lo único que hace es moldear la arcilla. No moldea el vacío. Para él, hacia él y a partir de él moldea la arcilla dándole una forma. El alfarero lo primero que hace, y lo que está haciendo siempre, es aprehender lo inasible del vacío y producirlo en la figura del recipiente como lo que acoge. El vacío de la jarra determina cada uno de los gestos de la actividad de producirla. La ‘cosidad’ del recipiente no descansa en modo alguno en la materia de la que está hecho, sino en el vacío que acoge.
Pero ¿está realmente vacía la jarra?”
Dentro de un orden similar de ideas podríamos decir que una habitación no se forma solo de los materiales con los que está construida, una pila de ladrillos y cemento son ciertamente diferentes de lo que comprendemos como habitación. Es necesario considerar el espacio invisible, vacío y silencioso rodeado de toda esa forma para tener una habitación. Sin la nada no hay habitación.
También Heidegger decía: “Sólo si somos capaces de habitar, solamente así seremos capaces de construir”, pero ¿que significa ser capaz de habitar? Fundamentalmente, la capacidad para habitar el espacio es el nivel de conciencia que un individuo puede adquirir en cuanto a las características de su estancia en el mundo, sobre la tierra y bajo el cielo.
Lorenzo Rocha

jueves, 4 de junio de 2009

MILENIO 04/06/09


SENTIR LA ARQUITECTURA

El premio Pritzker de arquitectura, es la distinción anual más prestigiosa a la que pueden aspiran los arquitectos. Este fin de semana fue otorgado al arquitecto suizo Peter Zumthor (Basilea, 1943), en el Palacio San Martín de Buenos Aires. El laureado es sin duda autor de una arquitectura estética, no precisamente por la belleza de sus obras, sino por su profunda componente sensorial. La experiencia estética que se obtiene al visitar una de sus más célebres obras, las Termas de Vals, es inigualable, ya que incluye estímulos táctiles, olfativos y hasta gustativos, no solamente visuales y auditivos, como en el caso de la mayoría de las obras de arquitectura. Las termas son unas piscinas de aguas minerales situadas al pie de una alta montaña, Zumthor celebra la vista humana con un manejo cenital de la luz natural, el oido con el sonido de las cascadas del agua que está en constante circulación, el tacto con las texturas de los muros y con pozas que van de los 14 a 42 grados de temperatura, el olfato en una tina llena de pétalos de flores y el gusto en una fuente donde se puede beber el agua de manantial. Además de obras como ésta, el arquitecto ha escrito importantes textos como “Pensar la arquitectura” (Editorial GG, 2004), en sus escritos es claro que para él, todo detalle es importante en un proyecto. Describe los materiales y experiencias espaciales con una profundidad que transmite su altísima sensibilidad, para Zumthor es importante hasta la sensación de un piso de piedra rugosa bajo nuestros pies.
Frecuentemente se ha calificado a este premio como un equivalente al “Nobel en arquitectura”, sin embargo, los arquitectos distinguidos con anterioridad tienen importantes inconsistencias en cuanto a la profundidad de su obra. La arquitectura es un arte teñida inevitablemente por la política y el comercio, por esta razón, su más distinguido premio ha equiparado a arquitectos de la densidad de Barragán, Siza, o Rossi; con arquitectos tan superficiales como Gehry, Hadid o Mayne.
Lorenzo Rocha